Anuncios en los pies
Publicat a La Vanguardia el 12/01/2011
A Jimmy Tomczak, le gusta andar descalzo. Así que se ha inventado un no-calzado de anuncio. El emprendedor de Detroit (Michigan, Estados Unidos) diseña sandalias que, según dice, son “impermeables, ligeras y resistentes”, a partir de carteles publicitarios de 4 por 14 metros.
Las ha bautizado Paper Feet, aunque en realidad no son de papel, sino de un tipo de PVC que resulta cinco veces más recio que las cortinas de baño, pero lo suficientemente ligero como para tener la sensación de no llevar nada en los pies. “El nombre se refiere al hecho de que son tan finas como el papel y se adaptan al pie como una segunda piel, a la vez que lo protegen”, precisa el empresario a La Vanguardia.es.
Como en otras aventuras empresariales, la elección de la materia prima de las sandalias fue producto de la casualidad. Tomczak cuenta que su primera opción fue el Tyvek -material sintético que se usa, entre otras cosas, para los sobres de mensajería exprés-, pero resultaba demasiado fino para andar. “Fue un desastre”, confiesa.
Así que aparcó la idea para solucionar problemas domésticos más apremiantes, como las goteras en el tejado. Alguien le sugirió que podía taparlas utilizando como lona un viejo cartel publicitario y entonces descubrió que ese era el material que estaba buscando. Además, era fácil de conseguir porque una vez agotado el anuncio, las vallas tienen que tirarse.
Tomczak se puso manos a la obra. Creó la empresa Tombolo LLC y tejió alianzas con compañías de publicidad locales para obtener carteles de diferentes tipos a coste cero. Con un sólo panel publicitario de 36 kilos, es capaz de fabricar un centenar de sandalias, que vende a través de Internet a 30 dólares (23 euros) el par. Negocio redondo, del que Tomczak prefiere destacar otro aspecto clave: “la reutilización creativa para fomentar el consumo consciente”.
Sea como sea, a algunos les sigue pareciendo que 30 dólares es demasiado para un invento de poco más de 85 gramos. El empresario, de 22 años, se defiende argumentando que el velcro que usa para armar los no-zapatos es caro y que el precio refleja el hecho de que usa “mano de obra local en lugar de alternativas mucho más baratas pero éticamente cuestionables fuera de los Estados Unidos”.
Mira el futuro con optimismo, a pesar de la crisis, y ya trabaja en la siguiente versión de las sandalias “finas como el papel”, cuyo diseño tiene la patente en proceso de tramitación, para que estén en las estanterías de las tiendas con la colección de primavera-verano. El eslogan que ha escogido apunta directamente al alma ecológica del consumidor: “Save the world, save your sole” (Salva el mundo, salva tu planta [del pie]) (sole se pronuncia como soul -alma- en inglés).