Andar por andar
(Publicat a La Vanguardia el 30/06/2010)
No quiere alejarse de un trabajo estresante ni recuperarse de un desengaño amoroso. Matt Green lleva 92 días caminando por Estados Unidos simplemente para “oler la tierra, mirar los árboles y escuchar a los pájaros… saborear el país”, como el biólogo marino de la novela de Steinbeck, Cannery Row.
El hombre, de 32 años, se levanta cada día, mete todo lo que lleva consigo en un carro -mucho más práctico que una mochila, según dice-, y camina un poco más. “Éste es mi mundo. Sólo camino”, insiste en su página web Imjustwalkin.com, que alimenta básicamente con fotografías de los lugares por los que pasa.
“Creo que todo el mundo sueña con un tipo de existencia así de simple de vez en cuando, sin las preocupaciones y las presiones de la vida moderna. Quiero vivir este sueño durante un tiempo y ver qué pasa cuando se convierte en realidad”, añade.
Green salió en marzo de la playa Rockaway Beach de Nueva York con el objetivo de llegar a su homónima de la costa Oregón. 3.100 millas en total. O sea, casi 4.989 km.
No es casualidad. Es su manera de “cruzar el país sintiéndose en casa”. Porque, para el caminante, que empezó a saborear los beneficios de la marcha hace un par de años con un grupo de gente que salía a caminar por las calles de la Gran Manzana, “la forma más básica de locomoción es la que nos permite experimentar con el espacio de nuestro hogar.”
Y, al parecer, también el de los demás, porque, cuando cae la tarde y deja de caminar, Green llama a las puertas de las casas que encuentra para poder conseguir una ducha y una cama en la que dormir. O, por lo menos, un espacio en el jardín donde acampar. No le va mal. Todavía no ha detallado qué va a hacer cuando llegue a su destino. Le quedan cinco meses de carretera.